Once son los meses que separan una vida de la otra, ambas, arrancadas por la naturaleza de un animal, el toro, aquel que no tiene culpa, aquel que nace para defender tu terreno, aquel que puede ser grande, pequeño, con mas pitones, con menos, pero en definitiva, aquel que mata si, porque el toro mata. 11 meses desde que un toro llamado Lorenzo, perteneciente a la ganadería de los maños se llevase a Víctor hacia la gloria eterna.
11 meses para que provechito, de baltasar Iban arrancara la vida de Ivan Fandiño. Y es que este arte es de verdad, este arte se vive y se muere de verdad, aquí no hay engaños, no hay falsas muertes o no hay segundas oportunidades. Es la vida, sin mas, sin adornos, sin flores, es la vida y la muerte.
Vivimos en una sociedad en la que la muerte es palabra tabú, nadie la quiere cerca, normal, pero nadie la acepta tampoco. Todos vivimos para vivir mas, nos obsesiona los años de vida, ser mas jóvenes, gastar tiempo y dinero en no querer que pase el tiempo, vivir pendiente de un reloj, que determina nuestras vidas, nuestro ritmo, en definitiva no vivir. Porque mientras estamos perdiendo el tiempo queriendo ser mas vivos, aquella, la vida, se nos va. Y no vivimos los momentos que tenemos que vivir, ni las experiencias que debemos de disfrutar, no vivimos la vida. Es la sociedad que nos espera, la que quieren algunos.
Por esto mismo, por la vida, los toreros, son seres que se alejan de lo normal, de los canones de una sociedad diferente, quizás les tienen miedo, quizás, porque ellos viven la vida al minuto, porque su vida la dedican a tener esas experiencias con sus seres mas queridos, o en soledad no se, es su vida, vamos a respetarlos. Quizás los toreros son diferentes si, benditos diferentes, ellos bailan con la muerte que lleva el Toro, en cada tarde, en cada momento, ellos y solo ellos, se juegan la vida en cada instante, pero al contrario que esta sociedad, ellos no quieren la muerte lejos, tampoco cerca, no, pero ellos la respetan, la asumen y encima de todo, crean arte con ella.
No veis el arte? no es necesario verlo, se puede escuchar, sentir, oler, palpar, amigos, el arte de la tauromaquia es el ARTE por excelencia, no se copia de otros artes, no imita otras maneras de crear arte, pero sin embargo si que inspira a otros artistas en sus especialidades.
Los toreros, aquellos que dejan su vida a un lado, o la prenden con un alfiles en la tela de capote o de la muleta, son seres mitológicos, fuera de esta época, y es que decidme quien hoy en día baila con la muerte, quien???
El toro, la muerte escenificada en tan bello animal, con su misterio, con su verdad. Con su irracionalidad que lo único que le lleva es a defender su territorio, aquel que considera suyo y por lo que da su vida. Aquel toro por el que hay personas que dan su vida, porque solo son defendidos por quienes están dispuestos a dejar su vida por ellos, por hacerles bravos.
Víctor e Ivan, 11 meses os separan. Al igual de 11 meses separaron a Paquirri y Yiyo, 11 meses. 11, que mal numero.
Deseo que estos dos toreros que han dejado su vida para engrandecer la profesión y para que se les respete, unan a todos los sectores que intervienen en este maravilloso mundo y entre todos, defiendan por lo que Victor y Ivan han dejado su vida. la TAUROMAQUIA
También quiero hablar al publico, aquel que piensa que a los toros se va uno a divertir, miren, no. A los toros se va a sentir, se va a llorar, a enfadarse, a aburrirse, a emocionarse, a pasar miedo, pero no a divertirse, porque no es una comedia. Ir a los toros no es ir a ver un derbi, porque sabéis que? hay unas personas que se juegan la vida a cada segundo, y cualquier despiste o desconcentración se paga con la vida, la VIDA coño! así que un favor os pido, al igual que os gusta que os respeten por ser taurinos y os molesta mucho cuando alguien por las RRSS o en la propia calle o trabajo, amigos, os increpa o insulta. Empezad por respetar a quien en la arena, el y solo el se juega su vida, que no la vuestra, la suya.
Víctor e Ivan, para mi, no habéis muerto, solo habéis salido en hombros hacia la puerta grande del cielo. Allí os esperan Pepe Hillo, el espartero, Joselito el Gallo, Belmonte, gitanillo de triana, Ignacio Sanchez Mejias, manolete, Bienvenida, Paquirri, El pana y tanto otros que dejaron su vida en la arena. Que gran feria podéis montar allí arriba! Ojala y tarde mucho en visitaros, o no, no lo se, lo que si que me habéis enseñado es a vivir la vida sin mas afán de eso, vivir el momento, porque nadie sabe si se volverá a repetir.
Gracias por enseñarnos con la muerte, lo que es la vida.
Por ultimo, quiero dejar 11 fotografías de Víctor e Ivan en homenaje a quienes para mi, son ejemplos de libertad y pasión.
Sirvan estas palabras e imágenes para demostrar a los cobardes, los especuladores de sentimientos, los capataces del fango, los que usan el dolor para enriquecer su bolsillo, los que, piensan que su verdad es la absoluta, y no existe otra, por lo que lo que piensen los demás, libertad de pensamiento, son abucheadas, y tumbadas por la espalda, mandando a sus sicarios de la pluma y el teclado. Sirva para demostrar que la tauromaquia es mas que la cascara, hay mucho mas en el interior, peor para ello, hay que querer aprender y querer adquirir conocimientos.
Sirva este pequeño y humilde homenaje para reivindicar a unos héroes que dejaron su vida por dar eternidad a una de las bellas artes.
Victor, recibe a Ivan y juntos, ojala que dentro de un tiempo os sintáis orgullosos del cambio, de que todo a cambiado, de que la libertad es verdadera, tanto dentro como fuera. De que podemos tener la libertad de poder elegir dentro de la ley, nuestra afición.
Ojala Victor e Ivan, vosotros, halláis cambiado la sensibilidad y la manera de pensar de los que dicen ser taurinos, de esa gran familia llena de cuñados sabelotodo y suegros que no les gusta su yerno...
Ojala Victor e Ivan, ojala.
Solo recordar que si queréis cualquier fotografía aquí expuesta, o mostrarla en alguna medio, debéis de dirigiros a mi en las siguientes direcciones:
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